CREO O «ME ABURRO»

En mi trabajo atiendo a niños y adolescentes que repiten casi como un mantra la palabra «me aburro», este hecho preocupa mucho a las familias, porque cuando un niño sobre todo de los 6 a los 12 años dice «me aburro», saltan todas las alarmas que indican que lo siguiente es que van a estar «molestando» y haciendo lo posible por provocar la mayor situación de disrupción que haga falta, esto, por supuesto ocurre en situaciones donde el niño/a no tienen muchas opciones a su favor, sin embargo hoy en día, la palabra «me aburro» ha pasado ha tener un gran valor para nuestros hijos.

Me aburro, para los niños/as y adolescentes, ha generado una herramienta indispensable para conseguir lo que desean en el menor tiempo posible, pongo un ejemplo: Los padres están compartiendo con unos amigos que no tienen hijos y el niño está sólo, automáticamente, el niño se acerca a los padres y les dice la palabra clave «me aburro» el padre o la madre, le dan la tableta o móvil más cercano para acallar y que el niño pueda aguantar el tiempo suficiente mientras dure la situación que obviamente es agradable para los padres. ¿Qué ha aprendido el niño? que en estas situaciones, lo primero que tiene que hacer es lo que acaba de hacer e instantaneamente obtendrá un chute de dopamina en su cerebro. ¿Qué le estamos enseñando aquí? lo primero es a no observar, no pensar y por supuesto no crear; lo segundo es generar una extensión a todas las situaciones semejantes o parecidas y en tercer lugar les estamos enseñando que a la primera queja tenemos que responder lo más rápido posible, les premiamos sin querer hacerlo.

¿Qué ocurre después, cuando estamos en casa con las habitaciones llenas de juguetes? el niño vuelve a decir «me aburro» y en ese momento le decimos que tiene muchas cosas para jugar, le decimos: «¿Por qué no creas un juego? ¿por qué no te inventas una historia? pero queridos padres y madres, el niño ha aprendido una importante lección, lo que ya tengo no me vale, es inanimado y sus estímulos son pocos, sin embargo el videojuego de turno, sí me da lo que necesita mi cerebro y eso es lo que quiero. Además para qué voy a crear, si las cosas las puedo obtener de forma más fácil, crear es difícil y complicado. También cuando tengo muchas cosas, el momento de recompensa pasó y ahora ya no me dan lo que quiero.

El aburrimiento, no es un monstruo al que tengamos que combatir, es parte de un momento de inactividad, de falta de imaginación, por lo tanto si lo dejamos que esté, si dejamos que los niños lo vean como una oportunidad para crear, estaremos dando un paso hacia el trabajo con la frustración, hacia la consecución de objetivos y hacia querer participar, buscar, explorar y generar novedades, buscar ser originales como forma propia de la creatividad

La imaginación es parte de nuestro pensamiento, está en nuestro cerebro y necesitamos dejarla que juegue, se libere y se haga práctica

Las situaciones que estamos viviendo necesitan de creatividad para salir adelante, necesitan que las futuras generaciones tengan resiliencia y creatividad y para eso necesitamos fomentarla. Por lo tanto ¿Qué podemos hacer para generar creatividad en nuestros hijos?

¿Cómo fomentamos la creatividad?

  • Dejar que exploren y observen. La reflexión es necesaria en el proceso creativo
  • Respetar los momentos en los que no tienen nada que hacer, esos momentos son los que pueden comenzar a trabajar la imaginación
  • Proponer retos, trabajar con pequeñas metas a conseguir
  • Trabajar la espera, los momentos en los que los niños pueden esperar, mostrarles que hay formas de entretenerse diferentes
  • Mostrarles cómo un pequeño palillo puede generar un juego de manos: haciendo una estrella, también cómo los objetos que nos rodean pueden ser el principio de una historia y cómo se puede construir a partir de cosas sencillas que tenemos a nuestro alcance
  • Dejarles autonomía en los juegos y no estar siempre mostrándoles cómo jugar y a qué, sino que ellos puedan comenzar un juego
  • Provocar el juego a partir de objetos a su alcance, le dejamos un objeto que no sepa qué es y seguro preguntará para qué sirve, esta es un buen momento para trabajar la flexibilidad creativa y darle diferentes usos
  • Conducirles hacia el aprovechamiento de la tecnología y no sólo hacia el ocio. La tecnología es una buena herramienta aliada sobre todo cuando necesitamos conocer más cosas, provocar la búsqueda, aprender diferentes conceptos e incluso para generar juegos divertidos con herramientas o aplicaciones conocidas
  • Haciéndoles partícipes de nuestras vivencias
  • No provocando dependencia de aparatos electrónicos
  • Darle tiempo a la creatividad y favorecerla con comentarios de ánimo
  • Utilizar el humor para contrarrestar el aburrimiento

ÉXITO O APRENDIZAJE ¿Qué eliges?


La neurociencia es uno de los retos que me he propuesto a partir de este verano, algo imprescindible para mi desarrollo profesional y trabajo, un reto que tenía ganas de comenzar hace tiempo, pero se me iba quedando fuera del mismo. Este es el comienzo de mi descubrimiento veraniego que quiero compartir.

Quizás parezca un tema difícil, y SÍ, lo es, a veces estudiando, veo mis limitaciones y me digo a mí misma que quizás no debería meterme en «camisa de once varas» sin embargo hay algo dentro de mí, como un pulso que recorre mi cuerpo, una descarga eléctrica cada vez que me pongo a estudiar y aprendo algo nuevo, sobre todo si me sirve para reflexionar sobre algún tema o situación de mi trabajo.

En esta situación tan paradójica de «querer y no querer» me encontraba cuando aparece el término «Mente fija y Mente en crecimiento». .

Con esta Teoría se podría explicar algunos actos y pensamientos, sobre el desarrollo intelectual y emocional de las personas y cómo se comportan según su forma de pensar. Además de encontrar en esta un hecho importante que debería cambiar la forma de aprender, enseñar, criar e incluso, pensar de cada uno.

Si os preguntara ¿Qué preferís tener éxito ahora en este momento o con esfuerzo aprender algo? ¿qué elegís? Algunos dirán que el éxito y otros que el aprendizaje, pero por qué ocurre esto.

Según la Dra. Carol Dweck de la Universidad de Stanford, esta forma de pensar representa una mentalidad fija o en crecimiento. Tener una mentalidad fija significa creer que la inteligencia, nuestros talentos e incluso nuestras capacidades y habilidades están de forma genética en nosotros, es decir uno nace con una inteligencia o talento. Por el contrario, tener una mentalidad en crecimiento significa que nuestra inteligencia se va a ir haciendo durante nuestra vida según se produzca el aprendizaje. Seguro que ante esta premisa responderéis que lo más lógico hoy en día es pensar que la inteligencia se va desarrollando. Pero volvamos a la pregunta ¿qué preferís sentir que ahora tengáis éxito o simplemente ir aprendiendo a lo largo de vuestra vida? Si lo hacemos en relación a las notas el tema está claro, todo el mundo se centra de alguna u otra manera a creer en las notas, también vemos cómo los niños y niñas siguen a algún youtubers, instagramer o tik-toker, relacionados con el éxito

En nuestro sistema educativo actual, se premia la mente fija, porque aunque se habla de esfuerzo, éste es el esfuerzo por sacar buenas notas, el fin último son las notas ¿Qué conseguimos con esto? niños/as, adolescentes, padres y madres, preocupados al final de curso por las notas, por pasar de curso …

En los diferentes estudios que se han realizado de esta teoría se mostraba cómo hay niños y niñas que sólo con decirles la palabra inteligentes generaban unas expectativas que les hacían estar en la parte de la mente fija, lo que daba como resultados que ante retos o nuevos problemas que no podían resolver a la primera de la forma que sabían, abandonaran e incluso que prefirieran tener problemas fáciles que resolver. Sin embargo a los niños y niñas que se les decía «buen trabajo», elegían retos cada vez más complicados y demostraban una mayor motivación hacia el aprendizaje. Esto no quiere decir que a los niños y niñas no se les pueda decir que son inteligentes, lo que quiere decir es que esa inteligencia se consigue con trabajo, aprendizaje y que éste es un proceso y un recorrido al cual irán evolucionando hasta conseguirlo

Como explicaba al principio de este artículo, sobre lo que pensaba a la hora de estudiar neurociencia, cuando nos enfrentamos por primera vez a un reto nuevo, tenemos que sentir y pensar en «lo voy a aprender» o como dice Carol Dweck centrarnos en el «Todavía» y no en lo «Tendría que saber»

Cuando esta teoría además la aplico a las altas capacidades, me doy cuenta del miedo que produce que te digan que eres inteligente porque se supone, con una mente fija «que no puedes fallar» «que todo lo aprendes sólo/a» e incluso que no se ven porque no están dentro de lo que estima como esfuerzo. El problema del abandono ante los retos por frustración, el miedo a fallar e incluso el saber que las matemáticas no son el monstruo que no se sabe combatir ¿Y si lo viéramos como una mente «Todavía», en crecimiento, con puntos fuertes y débiles a mejorar?

Ahora, en la situación actual, es mejor tener muchas mentes en crecimiento, que les guste aprender como motivación propia, por si acaso tenemos que acostumbrarnos a una educación semi-presencial o incluso on-line.

Y ¿Cómo lo hacemos? Comencemos diciendo «Todavía»